¿Cuáles son los sistemas de calefacción más perjudiciales para la salud y el medio ambiente?

Cuando pensamos en un sistema de calefacción para nuestro hogar, oficina o cualquier espacio cerrado, tenemos que tener en cuenta múltiples variables, como gasto, eficiencia, ahorro, entre otros. Pero una pregunta que pocos nos hacemos y que es muy importante, es ¿qué tan perjudicial puede ser la energía que usamos?

 

Cada año, la Región Metropolitana y el centro-sur de Chile sufren las consecuencias de los altos índices de contaminación, que en gran parte, se deben al uso de sistemas de calefacción en base a combustión. Según cifras del Ministerio de Medio Ambiente, el alto nivel de contaminación del aire, se debe hasta en un 95% al uso incorrecto de la calefacción a leña (combustión de leña húmeda, uso de calefactores no certificados, en mal estado o simplemente manipulados incorrectamente).

Tal es el nivel de contaminación que se produce por calefacción en nuestro país, que la misma Organización Mundial de la Salud (OMS), indicó que en Chile se contamina incluso hasta cien mil veces más de lo recomendado por la autoridad internacional, debido al uso de estufas a combustión.

Según los parámetros estudiados por la OMS, la calefacción a leña es cien mil veces más contaminante, seguidas por las estufas a parafina de mecha tradicional y las modernas versiones de estufa a parafina, de mecha con tecnología nueva.

Adicionalmente, en 2011 otro estudio del Centro Nacional de Medio Ambiente de la Universidad de Chile (Cenma), comparó las emisiones de seis tipos de estufas a combustión, concluyendo que las estufas a leña (doble cámara) y a parafina (tanto de mecha simple como de última tecnología), son las que emiten más gases contaminantes y generan el mayor impacto negativo en la calidad del aire.

Para que nos hagamos una idea, cualquier calefacción por combustión puede ser potencialmente nociva tanto para el planeta, como para la salud de las personas, ya que un producto que se quema completamente para producir calor, emite sustancias tóxicas que pueden permanecer en el aire desde días, hasta meses antes de neutralizarse. Si el combustible es fósil (como es el caso del kerosene o el gas natural), se producirá además, la acumulación de CO2 en la atmósfera y por consiguiente emisión de gases de efecto invernadero.


Ahora, existen otros tipos de calefacciones que son cien por ciento limpias, y no producen ningún riesgo para el planeta ni la salud, como es el caso de la calefacción infrarroja. Tanto así, que este tipo de tecnología, además de no tener ningún efecto negativo en los seres humanos, animales o plantas –como ocurre con los rayos ultravioletas o rayos X– incluso es buena para la salud, y la piel de los seres humanos.